En Pinterest, los niños están impecables: ropa de lino, mirada angelical, peinado nivel peluquería francesa. En TikTok, hacen coreografías sincronizadas y sonríen como si fueran mini influencers. Y luego están nuestros niños… Con una media en la cabeza, una galleta en la mano y una sonrisa llena de migas. ¡Y nos encantan así! Porque mientras unos buscan fotos “estéticamente perfectas”, nosotros preferimos las que te sacan una carcajada. Bienvenidos al mundo real de las sesiones con niños.

1. ¿Posar? Ellos están ocupados corriendo en círculos. La frase “¡mírame y sonríe!” activa en ellos el instinto de ninja, desaparecen, se tiran al piso, miran al cielo como si no conocieran tu existencia. Y justo cuando piensas “esta foto no va a salir”… ¡clic! Aparece la mejor foto del día. Natural, espontánea y 100% auténtica.

2. Las coronas de flores se desarman… pero las risas no. Sí, podríamos ponerlos en un campo de lavanda al atardecer. Pero es más probable que terminen arrancando las flores, persiguiendo una mariposa o preguntando si ya se puede ir al parque. Y eso está perfecto porque esa es su esencia. Y ahí es donde está la verdadera foto.

3. Las fotos de catálogo no tienen mocos. Las buenas sí. No lo decimos porque nos gusten los mocos (prometemos que no), sino porque esas fotos muestran la vida tal cual es: El flequillo torcido, la camiseta con una manchita, el zapato al revés. Y, sin embargo, todo eso forma parte de la infancia que quieres recordar.

4. Pinterest no muestra el detrás de cámaras. No muestra cuando el niño se robó el gorro del fotógrafo. Ni cuando dijo “pedo” en voz alta y todos rieron. Ni cuando se tiró al pasto como si fuera alfombra mágica. Pero nosotros sí lo vemos y lo capturamos.

5. Las fotos que terminan en un portarretrato… nunca fueron planeadas. Nadie dijo: “Ahora ríanse todos al mismo tiempo como si fueran una familia Disney”. Y sin embargo, eso pasa. Porque en medio del caos, la risa es real, el abrazo es sincero, y la foto es pura magia.

Así que sí, Pinterest y TikTok, hagan espacio… que llegan los niños reales con la camiseta salida, la cara brillante, la lengua afuera y el alma llena de alegría. Y nosotros, cámara en mano, listos para capturar todo eso que nadie puede planear, pero todos queremos recordar.